domingo, 26 de agosto de 2012

La Madre San Agustín y Llegada del Buen Pastor a la Provincia Argentina-Uruguay




LA vida de la MSA es a la vez tan grandiosa y silenciosa que manifiesta por sí sola la humildad que practicó toda su vida: valentía y heroicidad del apostolado y discreción. La mueve el legado dejado por SME en su lecho de muerte: “Les dejo el amor a la cruz y el celo por la salvación de las personas”.
Nace en Chile el 15 de marzo de 1835; recibe el nombre de Josefa Fernández Concha. Como costumbre de la época es educada en el seno de la familia, que le da una espléndida cultura general y en varios idiomas; dotada de un elevado cociente intelectual; creció en un hogar cálido en el amor a Dios y al prójimo.
 
1855:  tenía 20 años; llegan a Santiago de Chile – a pedido del arzobispo Mons. Rafael Santiago Valdivia- un grupo de Hermanas de Nuestra señora de la Caridad del Buen Pastor, de Irlanda. La madre de Josefa era tesorera de la Sociedad Damas de Beneficencia de la ciudad, que ayudan a las Hermanas a instalarse.
Desde entonces Josefa, secretaria de la Sociedad, vio crecer al que sería Instituto del Buen Pastor, que la maravilla con su obra, y este sería el inicio de su vocación.
1862: tenía 27 años, ingresa al noviciado; con tan esmerada cultura general, amén que católica y apostólica, rápidamente toma los hábitos, y al poco tiempo, en el mismo año, toma los hábitos y hace su profesión religiosa.
A los 29 años es Vicaria del Monasterio, y, al terminarse el período de la que era Superiora en ése momento, Mons. Valdivieso la nombra Superiora, hecho que ella comunica a Sta. María Eufrasia, quien, sin conocerla, pero teniendo referencias de sus virtudes, la ratifica en el cargo. 
Al poco tiempo es nombrada Superiora Provincial de Chile; aquí había comenzado su obra con la sección de sordomudas; las fundaciones en la región se suceden rápidamente; en 1876 ya había 10 casas en Chile; en el año 1886 por encargo del presidente de Chile realiza un viaje de estudios visitando establecimientos carcelarios de Francia, Italia y España, con la intención de implementar sistemas y métodos en las cárceles de Chile.
Pero su trabajo trascendió las fronteras chilenas; en 1881 inaugura una escuela externa para niñas pobres en Montevideo, la idea era fundar allí una Cárcel. Y allí se establece el Buen Pastor. Mas que cárcel es un Hogar, y se producen maravillosas conversiones. La obra es floreciente.
Después de un tiempo, ocurre una epidemia en la ciudad de Montevideo. Debido a una ley estatal, la Ley de Conventos, por la que  las autoridades exigen inspeccionar el Monasterio, que, por otra parte, no puede ser visitado sin la autorización de los Superiores Eclesiásticos de la Diócesis, autorización que no fue dada y que fue la causa de que, después de 9 años, las Hermanas sean expulsadas de Montevideo.
Las Hermanas deciden regresar a Chile, pero la Madre, Superiora Provincial de América Latina, les ordena cruzar el Rio de la Plata y les envía este mensaje profético: “Quédense en Buenos Aires porque las volverán a llamar”. 
El 13 de agosto de 1885 llegan a Buenos Aires un grupo de 5 hermanas chilenas y 3 uruguayas. Fueron los padres de la Compañía de Jesús, el instrumento elegido por Dios para apoyarlas y sostenerlas en una ocasión tan desafortunada. Las hermanas se hospedan transitoriamente en el Monasterio de la Visitación de Santa María, en la calle Larrea.
El 8 de octubre de 1885 se trasladan a una casita de la calle Independencia 304, frente a la Parroquia de la Inmaculada Concepción; esta fue la primera casa del Buen Pastor en Buenos Aires. Pero el objetivo eran las niñas mas vulnerables, y allí el espacio alcanzaba solo para la comunidad. 
Pasan entonces a una casa más amplia en la calle Independencia 208, y allí sí, el 29 de enero de 1886 abren las puertas a las niñas. Fueron numerosos los laicos que ayudaron a que la obra del Buen Pastor se consolide. El Presbítero de la Torre y Zúñiga las ayudó en todo, especialmente en proveerles recursos humanos, chicas necesitadas cuyo número crecía constantemente, y el de jóvenes aspirantes a la vida religiosa también.
Se impuso por tanto un nuevo traslado; lo hicieron a una casa de la calle Belgrano 2344, cedida provisoriamente por una laica. Esta fue la tercera casa del Buen Pastor en Buenos Aires: aquí entró la primera postulante de BA, y de aquí emanaron las fundaciones de Córdoba, san Luis, San Juan, Tucumán, Jujuy, Rosario, Salta, Rio de Janeiro y San Salvador de Bahía en Brasil, y las cárceles de mujeres en BA.

Todo esto sucedía, mientras se realizaban las obras del futuro monasterio, que iban lentas. Se había proyectado en un terreno donado y otros, que compraron las hermanas en las calles Parral y San Francisco, mas tarde San Eduardo (actualmente Av. Honorio Pueyrredón y Aranguren). Pero tan lentas iban las obras, que la Madre san Agustín decidió venir a instalarse aquí con un grupo de hermanas.  

El traslado al barrio de Caballito se hizo en marzo de 1894. Ya tenía a su lado a aquel que sería su compañero y guía en todas sus empresas, el Niño Jesús, que hoy sigue estando entre nosotras en el Oratorio de la Mde. San Agustín, en la casa de la Comunidad de la calle Aranguren 675. Y esta fue la casa que ella eligió como residencia para los últimos años de su vida y donde falleció el 13 de enero de 1928, a los 93 años.  Su tumba se encuentra adyacente al altar debajo del coro, entonces de las contemplativas.

Extractado de las pruebas testimoniales para el proceso sobre las virtudes y fama de santidad de la Sierva de Dios Madre María San Agustín de Fernández Concha. Artículos presentados por el Postulador de la causa, Padre Hipólito Ihuarte, E.M.F., año 1952: Dice en la página 23, art. 19, -último párrafo- al despedirse el 17 de octubre de 1867 (seis meses antes de su muerte):
 
“Santa María Eufrasia le dio como recuerdo que llevaría toda su vida, un crucifijo que la fundadora estimaba mucho y asimismo su capa de comunión”. Había vivido en Angèrs  110 días; la Madre Pelletier hizo depositaria en esta ocasión a la Madre San Agustín , de su devoción al Sagrado Corazón de Jesús”...


1 comentario:

  1. Luego de ver las hermanas de magdalena, estoy recordando que había muchas internas en el buen pastor de montevideo. Voy a averiguar algo de eso


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